Descubriendo a la taekwondoísta Yuliena Pedroza
Puntual para la entrevista acordada en la sede de la Federación nacional en la zona 13 de la ciudad capital, Yuliena Pedroza derrochó sonrisas, respuestas cortas y honestas para relatar su historia dentro y fuera de los tatamis.
En el día de su cumpleaños número 22 (el pasado jueves 13 de marzo), la atleta compartió parte de sus secretos en una conversación que duró 15 minutos previo a la sesión de entrenamientos bajo la dirección del entrenador nacional Federico Rosal.
A los 14 años tras una dura vivencia cuando practicaba gimnasia rítmica, Yuliena estuvo a punto de dejar el deporte. Pero luego quedó cautivada del taekwondo en 2011, cuando seguía las competencias de los Juegos Panamericanos de Guadalajara.
El cupo ganado para competir en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, la medalla de oro en el Open G1 de República Dominicana, donde además fue galardonada como la mejor exponente femenina del certamen, pusieron a Yuliena en el centro de la escena deportiva en la misma semana que se conmemoró el Día Internacional de la Mujer.
A propósito para Yuliena ser atleta mujer en Guatemala es “superación, porque habitualmente son los hombres los que destacan. Pero también es darnos cuenta que las mujeres podemos hacer cosas grandes”.
Su vida en un gimnasio
“De niña me gustaba el patinaje sobre hielo y aquí lo más parecido que encontré para practicar fue la gimnasia rítmica. Estuve en selección hasta los 14 años cuando me salí por problemas con una entrenadora”, recuerda Yuliena sobre su primer contacto con el deporte. Luego probó natación, bádminton y baloncesto, pero según Yuliena no tenía la disciplina de la gimnasia.
“Me pareció interesante el taekwondo después de ver las competencias de Guadalajara”, relata Yuliena, quien además contó que después de tres sesiones de prueba fue seleccionada por el entrenador español Ángel Alonzo.
Camino al éxito
Nada ha sido fácil en el desarrollo deportivo de la atleta que ahora forma parte de la categoría -49 kilogramos. “Luego de regresar de Estados Unidos en 2017, me adaptaron a la categoría -62 kilogramos debido a mi estatura. Y esto se me dificultó porque tuve que comer mucho antes de las competencias”, explica.
En su debut en el Ciclo Olímpico, en los Juegos Centroamericanos de Managua 2017, Pedroza perdió la final en la categoría -62 kilogramos, resultado que la dejó insatisfecha.
Dos años después y tras adaptarse a una nueva división de peso, Yuliena encontró la senda del triunfo gracias a su “paciencia y perseverancia. Ante todo porque no importa el obstáculo sino uno como atleta tiene bien claras sus metas”, analiza.
En el clasificatorio a los Juegos de Lima, en República Dominicana, Yuliena fue la única taekwondoísta nacional en asegurar la plaza en la modalidad de combate (o kyorugi).
“Es una satisfacción personal y a la vez conlleva presión. Sé que mis compañeros llevaban el sueño de clasificar e hicieron todo lo posible. Me tocará dar lo mejor para poner en alto a Guatemala”, añadió.
El trabajo constante en los entrenos y el soporte familiar, han sido los pilares de Yuliena, que le han permitido mantenerse activa y a la altura de las exigencias en el deporte de élite.
“Entreno el primer turno a las 5:15 de la mañana, enfocada en la preparación física. Luego vuelvo a mi casa a descansar. Y a las 2 de nuevo al tatami para la doble sesión. Es un deporte que requiere mucho autocontrol y disciplina”, describe sobre su rutina.
Metas y expectativas
En el epílogo de la entrevista Yuliena confiesa que su máxima aspiración es clasificar a Juegos Olímpicos, admite que le gustaría estudiar fisioterapia en la Universidad, “me gustaría ayudar en su recuperación a las personas que sufren accidentes” cuenta al respecto.
Yuliena, quien tiene por hobie visitar las convenciones de grafiti, se considera una mujer de carácter fuerte, con alta autoestima, amable y muy sincera.
Y antes de despedir la entrevista, reveló como fue la celebración de su cumpleaños: “Comí ceviche, Wong tong y pastel de chocolate, como antojo dentro de la dieta estricta que llevo con ayuda de una nutricionista del Comité Olímpico Guatemalteco”.