Volvieron a casa agotados tras una larga temporada, pero satisfechos porque el trabajo camina… lento pero seguro. Ahora, los marchistas guatemaltecos Mirna Ortiz y Erick Barrondo entran en fase de “vacaciones” y esperan noticias de su entrenador, Francisco “Paquillo” Fernández, las próximas semanas, para saber cómo estará la planificación para el 2020.
Mirna suspira y retrocede un poco para valorar su año competitivo. Está “contenta, satisfecha del año que tuve. Fue un año redondo deportivamente hablando, ya que desde que inició se marcó con éxito. El 2019 me deja dos medallas panamericanas, el puesto 12 del mundo y la marca para los Juegos Olímpicos” de Tokio, hace el recuento.
Ortiz logró la marca de acceso en junio pasado, en el Gran Premio Cantones de La Coruña, con tiempo de 1:30.35 horas, algo que la deja, definitivamente, más tranquila, “porque ya no se piensa en preparar una competencia para buscar la marca, sino para trabajar en cosas específicas para los Juegos Olímpicos. Definitivamente, el mundial fue un parámetro muy similar a lo que se va a vivir en Tokio en cuanto a temperatura”, explica.
Regresando al Mundial de Doha, una de las pruebas más duras que le ha tocado enfrentar, recuerda. “Cuando nos dijeron que se iba a marchar de noche y que había bastante calor, nos lo imaginábamos diferente; sin embargo, nunca dimensionamos que iba a ser el siguiente nivel calor de lo que hemos vivido en el verano europeo. En Qatar había temperatura de hasta 50 grados… fue bastante complicado”.
La atleta de 32 años cerró el año con el puesto 12 mundial (y tercera mejor de América) con un tiempo de 1:37.32 horas en los 20 kilómetros. Este año también participó en los 50, con los que ganó plata en los Juegos Panamericanos de Lima, misma distancia en la que se consagró campeona en el Centroamericano de Marcha que se realizó en febrero en Guatemala.
Barrondo va por más
Barrondo, también puesto 12 en el Mundial, fue el mejor marchista de América y, a pesar de las condiciones de calor, humedad y arena que no permitían una adecuada respiración, logró un tiempo de 1:30.40 horas.
El medallista de plata olímpico ve como productivo su año competitivo, Se mejoraron muchas cosas y, por su posición en el ranquin mundial, es casi un hecho su clasificación en los 50 kilómetros para los Juegos de Tokio.
Estoy “bastante contento con lo que logramos al cierre de año. Se nos han ido dando las cosas que en un principio hablamos con “Paquillo” (Fernández); ha sido una progresión no lenta, ha costado que tenga la aceptación de la gente, pero poco a poco se han dado las cosas y estoy bastante contento de regresar a Guatemala después de una temporada tan dura como esta”, resume.
Sobre su clasificación a la cita olímpica, explica: “Por ranquin, estoy prácticamente clasificado, porque es difícil que clasifiquen 30 atletas por marca en los 50 kilómetros, considerando que solo hay dos eventos el otro año. Aun así, me he identificado por hacer la marca en las dos distancias y el año que viene voy a buscar eso… y si no, tenemos una opción más que es el ranquin”.
Cuando hace el recuento de su participación en Doha, describe que se queda muy satisfecho porque “fue una buena competencia; me quedo con más ganas de seguir trabajando porque sabemos que las mismas condiciones nos vamos a encontrar en Tokio. Este campeonato del mundo es en el que más lento se gana, por las condiciones, pero nosotros logramos adaptarnos en la medida de lo posible. En la competencia fui de menos a más y mantuve el ritmo para recuperar posiciones”, concluye.