Para el atleta Juan Ignacio Maegli Agüero, de 27 años, el vínculo de la navegación a vela y los Juegos Olímpicos es escencialmente una tradición familiar.
Su padre, Juan Estuardo Maegli navegó en tres ediciones (en la clase 470 en Montreal 1976 y Finn en Moscú 1980 y Los Ángeles 1984). Juani participó en Pekín 2008 y Londres 2012 (ambas en Láser Estándar). Hace cuatro años terminó noveno y se convirtió en el mejor velerista guatemalteco en la historia olímpica.
A las puertas de su tercera cita de los cinco anillos, en Rio 2016, el atleta recuerda sus inicios en la vela, cuya pasión lleva en las venas.
“Mis primeros recuerdos son de cuando era bebé acompañaba a mis padres (Juan Estuardo y María Isabel) a las regatas. Ellos iban a velear y yo me quedaba en tierra con muchas ganas de salir al agua. Luego a los 5 iba con ellos en bote. Tengo una vida entera llega de memorias de la vela”, relata.
“Empecé porque me gustaba y lo veía como un hobbie. Luego me di cuenta que tenía facilidad y lo tomé con seriedad”, añade.
Marcado por el ejemplo de su padre, Juan Ignacio cuenta cómo se fijó el objetivo olímpico.
“En Atlanta 1996 mi padre fue como entrenador. Lo vi desfilar en la inauguración y desde ese momento empecé a tener aspiraciones de estar ahí algún día”, asegura.
Junto con su padre, compartió embarcación en la clase Hobie Cat, en los XXIII Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999, en Canadá. Fue su debut oficial en los eventos del Ciclo Olímpico con apenas 11 años.
Ya desde esa edad dio muestras de su talento innato. Luego de su decisión de dedicarse a tiempo completo al deporte y acompañado por su alto espíritu competitivo, los resultados importantes comenzaron a llegar.
En los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003 se adjudicó el bronce en el Hobie Cat (junto con Andrés López). Después en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Cartagena 2006 logró la plata en la misma clase, con Ana Cristina Guirola.
Al año siguiente repitió con Guirola en Panamericanos que se celebraron en Rio de Janeiro. En 2010, ya en Láser Estándar, se consagró campeón en los Centroamericanos y del Caribe en Mayagüez, Puerto Rico.
En los Panamericanos de Guadalajara 2011 fue bronce, en los Centroamericanos y del Caribe de Veracruz 2014 se colgó el oro, al igual que el año pasado en los Panamericanos en Toronto, Canadá.
Fe inquebrantable
El pasado 25 de enero en el arranque de la Copa del Mundo de la ISAF en Miami, el atleta sufrió un fuerte golpe en la espalda que no solo lo marginó de la prueba sino que incluso puso en riesgo su participación en la justa olímpica venidera.
Una hernia que le afecta desde el 2008 apareció de nuevo y complicó el panorama. “A los dos días de la lesión casi me desmayaba del dolor, apenas si podía caminar y no sentía una de las piernas”, apunta.
Luego de varias opiniones de médicos, la operación fue descartada y se optó por otro método que priorizó las terapias. “Después muchas horas de rehabilitación ahora me puedo concentrar al 100% en el barco y retomar el camino en mi preparación para agosto”, detalla.
A dos meses de los JJOO, Maegli afirma: “Tengo muchas ganas de competir. Por lo de mi lesión será un reto grande y eso me motiva. La clase Láser siempre es reñida, con 12 o 15 atletas aspirantes a medalla y es quizá la más competitiva. Mi inspiración siempre ha sido buscar una medalla olímpica, desde que tome el Láser hace ocho años. Si no es en Rio sé que tendré otras oportunidades”.