Por Juan Manuel Mijangos Castillo
De la inagotable cantera de talentos que produce la marcha atlética en Guatemala, hace dos años brotó la figura de Uriel Bernardo Barrondo, quien derribó todos los prejuicios de que los atletas deben formarse desde jóvenes.
Duplicando esfuerzos, el atleta de 25 años se abrió camino en el deporte de alto rendimiento decidido a escribir sobre el asfalto su propio legado.